Kathy intenta superar la muerte de su esposo y huir de las celebraciones navideñas para evitar cualquier cosa que le traiga recuerdos de él. La única tradición navideña que mantiene es preparar galletas para sus amigos, una pasión que tiene desde que era una niña. Cuando conoce al guapo Tim, surge entre ambos una innegable química que ayuda a Kathy a abrirse nuevamente.