Neige, divorciada y madre de tres hijos, visita con frecuencia a Émir, su abuelo argelino que vive en una residencia de ancianos. Neige quiere y admira a este pilar de la familia, con quien se crió y quien la protegió de unos padres conflictivos, y es que las relaciones entre los numerosos miembros de la familia son complicadas y a menudo rencorosas... Menos mal que Neige cuenta con el apoyo y el humor de François, su ex marido. Cuando muere el abuelo, se desata una tormenta en el seno familiar, creando una crisis de identidad en Neige, quien decide querer comprender y conocer su ADN.