Estocolmo, 1933. El científico alemán Werner Heisenberg recibe el Premio Nobel de Física y es felicitado por su mentor, el también Premio Nobel Niels Bohr. Nadie sospecha que es el inicio de una carrera frenética por parte del régimen nazi para desarrollar la bomba atómica. En plena Segunda Guerra Mundial, los Aliados tratarán desesperadamente de impedirlo. La misión de un comando para sabotear las intenciones del enemigo se convirtió en uno de los episodios más determinantes de la historia.